Hoy quiero escribir sobre esa palabra que desde que tengo esta enfermedad todo el mundo me dice: valiente. Aunque se el cariño con el que me lo dicen, y que es para darme ánimos, lo cierto es que yo no me siento en absoluto valiente. Creo que soy una persona normal que en esta situación hace lo que tiene que hacer, ponerse en manos de los médicos y hacer todo lo que le dicen para curarse.
No, no soy ninguna valiente, soy afortunada, que no es lo mismo. Afortunada por poder dedicarme a recuperarme y con todos los medios para ello. Desde que me diagnosticaron el cancer senti que el mundo se ponía a mi favor...así que no me siento valiente, si no obligada a hacer lo que me dicen los médicos y a llevarlo lo mejor posible, aunque como ya hemos hablado, nadie dijo que sería fácil, y no lo es. Pero yo tengo la suerte de poder darme de baja en el trabajo, de tener a mi madre joven y fuerte para cuidarme, de tener un marido que vive por y para mi, de tener unos hermanos, unos sobrinos, unos cuñados, que se han volcado al cien por cien en ayudarme, unas amigas entregadas, una amiga que se ha convertido en ángel de la guarda en el hospital que no se cómo habría sido todo esto sin ella...y mucha gente que me quiere, que me cuida, que me ayuda....así que no, no creo que sea ninguna valiente,lo que soy es una gran afortunada! Hasta el hecho de no tener hijos que era un tema que llevaba tan mal, pienso que ahora está en el lado de lo bueno, porque no me gustaría que vieran a una madre en esta situación,y no tengo que hacer esfuerzos para cuidarlos ni nada de eso. Todo pasa por algo, y si los niños no tenían que venir aún, era por esto, estoy segura. Cuando me recupere, vendrán, y muy pronto, lo se.
Esta semana tengo la segunda quimio de la segunda etapa de quimios, ya tuve doce antes de la operación...pero eso es para otro post, cuando os cuente como ha sido mi tratamiento y mi evolución desde que empezó todo esto.
Adiós!