Hoy es un día normal, un día cualquiera, un martes 25 de marzo en el que no tengo ningún plan especial...un día muy diferente al del año pasado en el que tuve que enfrentarme a la temida noticia, tenía cáncer, y eso tampoco es que fuese mi plan, a veces nos olvidamos de que el plan ya nos lo tienen hecho...ese me vino solo, sin avisar, se impuso por encima de todo lo demás. Ahí todo pasó a un segundo plano, todo lo inaplazable, lo urgente o lo importante que tuviese que hacer ese día se quedó parado en aquel Lunes Santo...porque llegó la enfermedad, el bicho, como yo le llamo, y desgraciadamente una noticia así lo llena todo.
Podría contaros cada minuto de ese día, desde que fuimos al laboratorio y leímos lo que había, hasta la espera para que el médico nos lo explicara. Podría contaros el nerviosismo de ver a mi hermana y a Diego oír al médico sin poder contener las lágrimas, y luego ir a contarles todo aquello a mi madre y a mis otros dos hermanos...que cosa más dura, qué fuerte...qué frialdad y que normalidad le dimos a todo. Yo no quería tragedias...supongo que no les dejé expresar todo lo que sentían, pero era yo la que no podría haber soportado verlos hundidos. La primera llamada para contárselo a mi mochila...el resto que hice para contárselo yo a algunas personas, a algunas amigas...en fin, todo lo que pasó aquel día lo recuerdo segundo a segundo, como una película, cada reacción.... Ahora no sé cómo pudimos comer, cenar y dormir después de haber oído todo aquello...pero en el fondo todos somos fuertes, y lo que no nos imaginamos que vamos a poder soportar, también lo soportamos.
Podría contaros cada minuto de ese día, desde que fuimos al laboratorio y leímos lo que había, hasta la espera para que el médico nos lo explicara. Podría contaros el nerviosismo de ver a mi hermana y a Diego oír al médico sin poder contener las lágrimas, y luego ir a contarles todo aquello a mi madre y a mis otros dos hermanos...que cosa más dura, qué fuerte...qué frialdad y que normalidad le dimos a todo. Yo no quería tragedias...supongo que no les dejé expresar todo lo que sentían, pero era yo la que no podría haber soportado verlos hundidos. La primera llamada para contárselo a mi mochila...el resto que hice para contárselo yo a algunas personas, a algunas amigas...en fin, todo lo que pasó aquel día lo recuerdo segundo a segundo, como una película, cada reacción.... Ahora no sé cómo pudimos comer, cenar y dormir después de haber oído todo aquello...pero en el fondo todos somos fuertes, y lo que no nos imaginamos que vamos a poder soportar, también lo soportamos.
Pero para mí no es sólo importante el día de hoy, si no que toda esta semana la he vivido llena de emociones, unas contenidas y otras no, porque fue una semana muy intensa la de hace un año...la llamada del médico, el temernos lo peor, la despedida de mis compañeros diciendo"seguramente vuelvo mañana, pero por sí acaso...", y no, no volví. Aún no he vuelto después de aquella biopsia tan dolorosa. La espera con mi familia y mis temores o premoniciones, la llamada del laboratorio diciendo que tendrían que completar la biopsia con la "inmunohistoquimica"...y poner esa palabra en Google, que ya te vas haciendo una idea de lo que te espera.
En fin, fue una semana entera como viendo que venía un túnel, y un día en el que por fin llegó. Hoy hace un año de aquel día en el que todo cambió. Yo cambié, y todos los que me quieren cambiaron...pero como he dicho muchas veces, el cáncer venía contra mí, pero el resto del mundo se puso a mi favor. Parecía que todos sacaban sus mejores armas para ponerlas a mi disposición. Fueron muchas señales, muchas coincidencias, muchas casualidades en las que ya sabéis que no creo, las que me hicieron ver que podía, y entregarme a esto con todas mis fuerzas y todas mis ganas sin pararme nunca a preguntarme por qué a mí ni por qué ahora. Sentía que recuperarme no era un derecho, si no una obligación, tenía que intentarlo y tenía que conseguirlo.
Esta última semana, sin darle mucha importancia, la he llenado de buenos momentos, he querido que cada día tuviese algo bonito para celebrar que hace un año los médicos veían mi futuro con mucha incertidumbre. Y lo he conseguido, con una comida agradable, cafelito con amigas de las que están siempre, ratito con una amiga a la que veo poco y conociendo a su hija, y por supuesto, con el bautizo de mi sobrina donde sé que todos sin decirlo estábamos celebrando que el cáncer ya se ha ido y sus secuelas cada vez se notan menos. ¡Todos estaban tan bien! sé que en la mente de todos estaba el susto que pasamos hace un año. Pero no hizo falta hablarlo, sólo disfrutar, reírnos, cantar y bailar todo lo que pudimos. Un día inolvidable.
Han pasado muchas cosas que nunca pensé que me tocarían a mi, aún me están pasando, pero mirando atrás me salen muchas sonrisas, mucha emoción, mucho agradecimiento, mucho cariño del bueno, del que se queda para siempre, mucho aprender de cómo somos, para bien y para mal. Esta enfermedad te hace ver las cosas más claras, sin aditivos, quita lo accesorio y deja sólo lo principal...todo esto me ha dado libertad, no sé explicarlo. Libertad para aceptar y expresar lo que siento, lo que quiero, lo que me gusta y lo que no. Supongo que el cambio físico hace mucho, por no poder elegir, por tener que aceptarlo...No sé, quizás es contradictorio, pero así me siento, mucho más libre. Ayer lo hablaba con dos "dulces" amigos, (jajaja, vosotros me entendéis), que me veo estupenda siempre. Creo que he dejado de preocuparme por las apariencias, por como me ven los demás, por la talla, por el pelo...para mí lo importante es estar, y punto, esté guapa o fea, más o menos gorda y con más o menos pelo.
Y con todo esto, lo que quiero es compartir y celebrar que he vivido un año más desde aquel terrible momento en el que me sentía tan pequeñita ante la palabra CANCER, que en mi familia era sinónimo de muerte, y no me imaginaba el futuro, todo estaba por pasar...escuchar por primera vez "los porcentajes de supervivencia" en boca de un médico y dirigido a tí, no es nada agradable, la verdad, es muy impactante. Pero ya véis, se asume, se enfrenta, y hoy celebro estar dentro de esos porcentajes.
Hoy quiero animar a las que ahora empiezan a luchar por su vida, a decir que no ha llegado aún su momento. Desgraciadamente he sabido de varias personas últimamente a las que acaban de diagnosticarles cáncer, y se me encoge el estómago la verdad. Pero luego me miro, y veo que podemos con esto, que somos capaces de enfrentarlo por lo menos. Hay que ser fuerte, no tener miedo, y en mi caso tengo la suerte de tener fé, y eso ayuda muchísimo. Y no sé cómo, pero pensar que todo pasa, que se acaba, y de pronto ha pasado un año..
Ahí estoy yo el día que recibí la noticia, que quise hacerme una foto porque le temía muchísimo al cambio físico...hoy no soy así en absoluto! tengo varios kilitos de más, el pelo muy corto y gris, y muchas cicatrices que no se ven...pero hoy soy mucho más fuerte que la que véis ahí, mucho mayor, mucho más madura, mucho más consciente de lo que es importante y lo que no, mucho más disfrutona (y eso que antes ya lo era, jajaja), y con mucha más capacidad de enfrentarme a lo que venga. En esa foto estaba más enferma que nunca, el cáncer campaba a sus anchas por mi cuerpo y se empezaba a meter en el sistema linfático...y yo tenía ese aspecto aparentemente tan bueno...hoy, un año después, soy una mujer sana, que tuvo cáncer y que está feliz porque la primera batalla la ha ganado, la guerra es larga y aún es muy pronto para decirlo...Pero la primera vuelta, como dicen los futboleros, la he ganado yo. Y por goleada!
Ahora me quedo con la letra de una chirigota que me emocionó el otro día, un mensaje para todas aquellas personas que se enfrentan a este desconocido mundo del cáncer: "aquí hay que apretar los dientes, no asustarse, que se puede".
ÁNIMO!!!!
Han pasado muchas cosas que nunca pensé que me tocarían a mi, aún me están pasando, pero mirando atrás me salen muchas sonrisas, mucha emoción, mucho agradecimiento, mucho cariño del bueno, del que se queda para siempre, mucho aprender de cómo somos, para bien y para mal. Esta enfermedad te hace ver las cosas más claras, sin aditivos, quita lo accesorio y deja sólo lo principal...todo esto me ha dado libertad, no sé explicarlo. Libertad para aceptar y expresar lo que siento, lo que quiero, lo que me gusta y lo que no. Supongo que el cambio físico hace mucho, por no poder elegir, por tener que aceptarlo...No sé, quizás es contradictorio, pero así me siento, mucho más libre. Ayer lo hablaba con dos "dulces" amigos, (jajaja, vosotros me entendéis), que me veo estupenda siempre. Creo que he dejado de preocuparme por las apariencias, por como me ven los demás, por la talla, por el pelo...para mí lo importante es estar, y punto, esté guapa o fea, más o menos gorda y con más o menos pelo.
Y con todo esto, lo que quiero es compartir y celebrar que he vivido un año más desde aquel terrible momento en el que me sentía tan pequeñita ante la palabra CANCER, que en mi familia era sinónimo de muerte, y no me imaginaba el futuro, todo estaba por pasar...escuchar por primera vez "los porcentajes de supervivencia" en boca de un médico y dirigido a tí, no es nada agradable, la verdad, es muy impactante. Pero ya véis, se asume, se enfrenta, y hoy celebro estar dentro de esos porcentajes.
Hoy quiero animar a las que ahora empiezan a luchar por su vida, a decir que no ha llegado aún su momento. Desgraciadamente he sabido de varias personas últimamente a las que acaban de diagnosticarles cáncer, y se me encoge el estómago la verdad. Pero luego me miro, y veo que podemos con esto, que somos capaces de enfrentarlo por lo menos. Hay que ser fuerte, no tener miedo, y en mi caso tengo la suerte de tener fé, y eso ayuda muchísimo. Y no sé cómo, pero pensar que todo pasa, que se acaba, y de pronto ha pasado un año..
Ahí estoy yo el día que recibí la noticia, que quise hacerme una foto porque le temía muchísimo al cambio físico...hoy no soy así en absoluto! tengo varios kilitos de más, el pelo muy corto y gris, y muchas cicatrices que no se ven...pero hoy soy mucho más fuerte que la que véis ahí, mucho mayor, mucho más madura, mucho más consciente de lo que es importante y lo que no, mucho más disfrutona (y eso que antes ya lo era, jajaja), y con mucha más capacidad de enfrentarme a lo que venga. En esa foto estaba más enferma que nunca, el cáncer campaba a sus anchas por mi cuerpo y se empezaba a meter en el sistema linfático...y yo tenía ese aspecto aparentemente tan bueno...hoy, un año después, soy una mujer sana, que tuvo cáncer y que está feliz porque la primera batalla la ha ganado, la guerra es larga y aún es muy pronto para decirlo...Pero la primera vuelta, como dicen los futboleros, la he ganado yo. Y por goleada!
Ahora me quedo con la letra de una chirigota que me emocionó el otro día, un mensaje para todas aquellas personas que se enfrentan a este desconocido mundo del cáncer: "aquí hay que apretar los dientes, no asustarse, que se puede".
ÁNIMO!!!!